CULTURA TLAXCALA

VISITA EL MUSEO DEL TÍTERE

Una historia de amor da inicio al mágico mundo de los Rosete Aranda. Corría el año de 1835 y en la apacible Huamantla los hermanos Aranda: Julián, Hermenegildo, Ventura y María de la Luz incursionan en el maravilloso universo de los títeres al representar pasajes religiosos con la ayuda de Margarito Aquino, oriundo del barrio de San Lucas. Al principio realizaban sus representaciones en su casa y después en festejos locales.

En 1880 se consolida la agrupación y toma el nombre de Compañía Nacional de Autómatas Hermanos Rosete Aranda.

Los hijos de María de la Luz y Antonio, de nombres Leandro, Tomás, Felipe y Adrián, se colocaron al frente de la exitosa compañía titiritera; en ese momento tuvieron mil 300 muñecos o figuras y para el año 1900 la cantidad llegó a 5 mil 104 marionetas.

Leandro se casó en Huamantla con María de la Luz Reséndez Vélez, con quien tuvo varios hijos, uno de ellos, Francisco, continuaría más tarde la tradición de la familia Rosete Aranda.

En 1891 fueron llamados al Castillo de Chapultepec, esta vez frente a Porfirio Díaz, donde representaron el Grito de Independencia del 16 de Septiembre y pusieron en escena más de 600 marionetas.

Algunos de sus personajes llegaron a tener hasta 19 hilos, para imitar con la mayor perfección posible los movimientos humanos. Los titiriteros practicaban durante dos años para manipular una marioneta.

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